Columna de Opinión:
¡Magallanes Amenazado!
Por Hugo Barra Salcedo. Director de Liga Marítima de Chile
Mientras en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente de los EEUU negaba una vez más, el denominado Cambio Climático, el portacontenedores chino “Instambul Bridge” surcaba aguas árticas, uniendo el puerto chino de Ningbo-Zhoushan con el puerto británico de Felixstowe en tan solo 20 días, incluyendo un retraso de dos días provocado por un mal tiempo.
La navegación que habitualmente requiere de 40 a 50 días navegando el Canal de Suez, fue realizada por la llamada “Ruta Marítima Norte”, una nueva ruta marítima que, aprovechando los deshielos, que provoca el “utópico” Cambio Climático, atraviesa el Ártico por aguas de la Zona Económica Exclusiva de Rusia.
Hace cuarenta años Rusia y China, aprovechando los efectos del deshielo ártico, provocados por el denominado calentamiento global, vienen trabajando para hacer viables líneas de comunicaciones marítimas regulares a través del Ártico y de esa forma reducir los plazos, costos y los riesgos de las rutas que atraviesan el Estrecho de Malaca y el Canal de Suez.
La Ruta Marítima Norte, otorga a China una alternativa de distribución de su producción, habida cuenta los aranceles adicionales con que los EEUU amenazan a las importaciones chinas, y que ya han provocado una caída de las mismas en un 27%. Y Europa que, no obstante, también intenta proteger su industria del “desembarco” chino, ve como las importaciones de productos elaboradas por manos chinas, crecen a un 14% anual.
Y no obstante las declaraciones del presidente Trump, EEUU simultáneamente no oculta sus pretensiones sobre Groenlandia y ha firmado -junto a Canadá y Finlandia- el “Ice Pact” para la colaboración conjunta en el diseño y construcción de sus respectivas flotas de buques Rompe Hielos. Los cascos de tres, de los once buques solicitados por EEUU, están siendo construidos en astilleros finlandeses para ser terminados en los astilleros Bollinger – USA.
Canadá, cuya flota de rompehielos está compuesta por 19 buques, ha iniciado un programa de reemplazo con la construcción de dos rompehielos “pesados”. Lo mismo que Finlandia quien ha anunciado la construcción de cinco buques.
Al frente, Rusia exhibe una flota de rompehielos y buques con capacidad de hielo, de cincuenta y siete naves, incluyendo ocho rompe hielos con propulsión nuclear. Y China tiene cinco naves operativas, y varias en construcción.
La apertura de una ruta marítima segura, más corta y directa entre Asia y Europa por aguas del Ártico, aunque por el momento solo esté disponible en época de verano, sin dudas tendrá un efecto negativo sobre nuestro Estrecho de Magallanes, en términos de una reducción del tráfico marítimo y del peso específico geopolítico del mismo.
Chile tiene alternativas para contrarrestar los efectos de la Ruta Marítima Norte. Urge aprobar las inversiones internacionales que, a la vista de las excepcionales condiciones que ofrece la región de Magallanes y Antártica Chilena, permitan el desarrollo de la industria del Hidrógeno Verde.
Así como también acelerar las inversiones para materialzar los corredores bioceánicos que atraviesen la cordillera y permitan acortar los plazos y costos, del tránsito de importaciones y exportaciones sudamericanas hacia los mercados ribereños del Océano Pacífico.
La Ruta Marítima Norte otorga a China una alternativa de transporte que involucra menores plazos y menores costos de transporte de los bienes producidos en China; protegiendo en consecuencia las oportunidades laborales de sus ciudadanos.
Curiosamente los mismos propósitos hace ciento once años originaron la fundación de Liga Marítima de Chile. El resguardo y desarrollo de oportunidades laborales, que en un país de la condición geográfica esencial de carácter insular de Chile, están indisolublemente y vitalmente vinculadas al mar.
Valparaíso, 19 de octubre de 2025