Columna de Opinión:
Magallanes: de vitrina pasiva a laboratorio vivo
Por Juan Carlos Galdámez N. - LLM (Wales, UK). Director Secretario Liga Marítima de Chile (*)
Magallanes no tiene que escoger entre conservación o emprendimiento. Debe ordenar su territorio, tanto marítimocomo terrestre, para que ambas cosas ocurran con reglas claras, datos abiertos y consecuencias verificables.
La salida del Nathaniel B. Palmer, último rompehielos científico de EE. UU. que operaba con base en Punta Arenas, mostró lo caro que es depender de decisiones ajenas para el flujo antártico. Y el debate interno sobre presupuestos para protección de océanos reveló otra fragilidad, cual es,que sin financiamiento estable, no hay licencia social ni reputación-país.
El dilema no es “abrir” o “cerrar”, es gobernar con un marco que dé certezas a la inversión y al ecosistema.
Tres hechos incómodos
Qué entendemos por “costos de transacción”
En general, son todos los gastos, tiempos y esfuerzos para concretar un proyecto más allá del costo directo de invertir u operar. En particular incluyen:
Cuando estos costos son altos, solo las grandes firmas participan y la innovación local se ahoga. Reducirlos no es desregular, es hacer reglas predecibles, integradas y eficientes, sin perder control ambiental.
Un marco ordenado: del “no se puede” al “sí, así se hace”
1) Ordenamiento Espacial Marino (OEM) vinculante. Polígonos definidos por aptitud biofísica (hidrodinámica, dispersión, sensibilidad), exclusiones claras en áreas de alto valor ecológico o cultural y cupos de biomasa por unidad hidrodinámica, no por centro. Buffers para mamíferos, turismo y tráfico marítimo. Menos discrecionalidad, menos incertidumbre, menores costos de transacción.
2) Semáforo ambiental con gatillos automáticos. Verde: operación normal. Amarillo: reducción de feed/biomasa y medidas obligatorias. Rojo: suspensión temporal y plan de recuperación. Indicadores: oxígeno disuelto, sólidos, macrofauna bentónica, eDNA (Environmental
3) Concesiones por “doble sobre”: mérito y precio. Primero, umbral técnico-ambiental exigente (huella nitrógeno fosforo N/P, densidades, bioseguridad, energías limpias, logística, residuos, bienestar animal). Solo quienes lo superen compiten por precio. Contratos con cláusulas de desempeño, por ejemplo: dos ciclos en amarillo/rojo implica recortes automáticos; tres, caducidadpa
4) Ventanilla única regulatoria. Un cronograma perentorio y único para SEIA, concesión marítima y permisos sectoriales; silencio positivo acotado; interoperabilidad de plataformas para que un monitoreo sirva a todas las agencias. Esto baja drásticamente los costos de transacción sin relajar estándares. Antártica: de oportunidad episódica a cluster estable
Punta Arenas es puerta natural al Continente Blanco, pero la base logística se sostiene en incentivos dispersos. Se requiere un clúster antártico integrado: muelle, combustible, astillero, mantención, recambio de tripulaciones, laboratorios, gestión de residuos, seguros y formación de capital humano. No es marketing: son acuerdos de permanencia plurianuales con flotas científicas y comerciales, encadenamientos locales obligatorios y estándares ambientales certificables.
La Antártica no puede depender del humor presupuestario de terceros; debe ser negocio sostenible con reglas previsibles y externalidades controladas.
Dinero y coherencia: incentivos con reversa. Ampliar beneficios tributarios sin métricas es comprar humo. Cualquier incentivo (Zona Franca acotada por polígonos OEM, créditos tributarios o depreciación acelerada) debe ser condicionado y reversible, incluyendo:
Parte de lo recaudado en subastas y tasas portuarias financia la gestión efectiva de áreas marinas protegidas y el monitoreo en tiempo real.
Si Chile quiere liderar BBNJ y conservación oceánica, Magallanes debe ser el caso demostrativo de: exigimos y financiamos, con resultados medibles.
Salmonicultura: sí, pero con gramática nueva
La industria puede competir con estándares de Noruega o Canadá bajo OEM, cupos por cuenca y semáforo con gatillos. Dos principios simples:
El incentivo es acceso a mercados y financiamiento sostenible, no solo renta de corto plazo.
Licencia social y coordinación territorial: ordenar también es político.
Se requiere consulta temprana con pesca artesanal, turismo y pueblos originarios, beneficios compartidos y límites espaciales respetados. Las tensiones bajan cuando las reglas son generales, los datos son públicos y las sanciones operan sin condicionantes.
Ruta de implementación (24 meses)
Aporte estratégico de la visión de la Liga Marítima de Chile
La Liga Marítima de Chile ha sostenido, por décadas, que el desarrollo nacional pasa por reinstalar la conciencia marítima como eje estratégico del Estado.
Su visión aporta un marco conceptual que trasciende lo sectorial: entiende el mar como sistema integrador de soberanía, producción, investigación, defensa y cultura.Desde esa óptica, la propuesta para Magallanes no es solo técnica; es geopolítica y civilizatoria.
Integrar ordenamiento marino, logística antártica y nuevas industrias del mar bajo una misma gobernanza es, precisamente, encarnar la idea de Chile como nación oceánica.
La disciplina ecosistémica y la libertad económica no son polos opuestos, sino pilares complementarios de soberanía moderna.
Esta mirada, propia de la Liga Marítima de Chile, permite que Magallanes deje de ser frontera subsidiada y se consolide como territorio marítimo activo, con ciencia aplicada, industria limpia y liderazgo internacional en conservación y operación polar.
En suma, aporta la brújula estratégica que da sentido y continuidad a una política oceánica integral.
Conclusión
Magallanes no es una vitrina que se mira a distancia ni un territorio para “abrir” sin reglas. Es un laboratorio vivo donde la libertad económica camina con disciplina ecosistémica.
Ordenar primero -OEM, semáforo, concesiones por mérito y precio, ventanilla única- y luego escalar. Reducir costos de transacción sin relajar el estándar, lo que permite que entren más y mejores actores, eleva la competencia y sostiene la protección.
La región puede liderar la nueva generación de industrias del mar y de servicios antárticos si convierte la conservación en plataforma de innovación y la innovación en financiamiento de la conservación.
Eso es desarrollo duradero, competitivo y propio. Y es, también, la expresión práctica de una conciencia marítima madura: Chile mirando su destino desde el mar hacia adentro.
(*) Columna elaborada por el autor en el marco de la visión estratégica de la Liga Marítima de Chile, institución dedicada a promover la conciencia marítima nacional, la integración oceánica y el desarrollo sostenible del territorio marítimo chileno.